domingo, 27 de diciembre de 2015

Chesu y el árbol caído

Chesu y el árbol caído

Con las manos en el volante, yo estaba aún totalmente amodorrado. El fogonazo misterioso del radar de la recta de Tierz bajo la luna blanquecina de las siete de la mañana abrió una hendija de lucidez en mi cerebro.
-¡Me cago en la putaaaaaaaaaaa, machoooooooooooo! – protesté inútilmente mientras mis ojos caían torpemente sobre la aguja del indicador de velocidad. 75 Km/hora. De un modo confuso pero urgente me di cuenta de que debía refrenar mis emociones.
Una vez que llegué a Huesca, Ramón bajó a la calle puntual y al poco rato llegó Chesu, a quien recibimos cantando:
-Cumpleaaaaaaños feeeeeliz…


Media hora más tarde estábamos desfilando por el sendero serpenteante que llevaba al Pico del Águila. Chesu caminaba dando largas zancadas y llevaba las manos entrelazadas en la espalda la mayor parte del tiempo. Su voz transmitía al hablar una tranquilidad natural y sus palabras brotaban con una cadencia serena y transparente. En un punto del sendero, encontramos un pino caído que lo atravesaba a modo de barrera y que había que sortear cruzando por debajo. Chesu sintió que la soledad momentánea del árbol no era más que un apremio parecido a la sed.
-Algún día, nosotros seremos un árbol caído también – dijo.


Al poco rato, una dificultad inesperada irrumpió en nuestra caminata. Una de las suelas de mis viejas botas al principio, y finalmente las dos, empezaron a despegarse por la parte de atrás. A cada paso, se soltaban un poco más y se sumergían en un baile deslenguado y febril, oscilando sobre el crujido de las piedras como dos rebanadas de plástico malogradas. Gracias a la pericia de Chesu, pude sobrellevar la situación mediante un apaño improvisado pero sólido de cinta, cuerdas y esparadrapo.
El cruce del collado del buitre situó ante mis ojos una ladera casi vertical de un barranco, sesgada por un par de pedreras que la recorrían de arriba abajo como cuchillos de nostalgia. Finalmente, al llegar a la cima me sobrevino una sensación de sueño repentina mientras sacaba el bocata de mi mochila y me sentaba volteando instintivamente mi cara hacia el sol.



Por la tarde, fuimos a la celebración del cumpleaños de Loreto, al que acudimos Carlos, Lorena, Lucía, Ángela, Raquel, Cristina, Monty, Ramón y yo.


3 comentarios:

  1. Buenas Mariano.
    Otra vez la de siempre...
    Pero será posible que otra vez te hayas olvidado del rádar?
    Pero será posible que de nuevo os vuelva a pasar una jaimitada en ruta? (esta vez la de tu bota...y ese apaño vale para una y no más, así que botas nuevas para Reyes, que te veo apostando fuerte por el monte)
    Pero será posible que siempre termines de fiesta? Bueno sí, que algo te conozco ;)
    Ya ha llovido mucho desde que yo subí a este picacho allá por el 2010 y, sinceramente, menos mal de sus vistas que son amplias y majas porque lo que es la cumbre desmerece mucho con esos antenones tan grandes.
    Un abrazo amigo! Y a ver si contestas a los que te comentamos!

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  2. Hola Silvia, muchas gracias por tus comentarios!! Cómo te enteras tan pronto cuando subo un post ?? Mañana me iré a comprar botas nuevas, porque del 29 al 31 estaremos por Jaca. Algo escribiré.. Ah, suben también Ptak y Belén. Pero creo que dijiste que no coincidimos en fechas. A ver si en año nuevo puede ser, antes de que estos se vayan a Talavera! Muchos besos y felices fiestas!!

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  3. Hola Silvia, muchas gracias por tus comentarios!! Cómo te enteras tan pronto cuando subo un post ?? Mañana me iré a comprar botas nuevas, porque del 29 al 31 estaremos por Jaca. Algo escribiré.. Ah, suben también Ptak y Belén. Pero creo que dijiste que no coincidimos en fechas. A ver si en año nuevo puede ser, antes de que estos se vayan a Talavera! Muchos besos y felices fiestas!!

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